Google siguió aumentando sus iniciativas y esfuerzos para evitar que los usuarios de smartphones con Android descargasen apps maliciosas de Google Play. Para ello cuenta con un equipo compuesto por diversos perfiles (ingenieros, jefes de producto o expertos en leyes), que revisan las apps que hay en ella, dotados de diversas herramientas, para vigilar que no se les cuelen en Google Play las maliciosas. Si lo son, o no llegan a publicarse o las retiran de la tienda.
Según apuntan desde Google, “no sólo retiramos las apps maliciosas, sino que además fuimos capaces de identificarlas y actual contra ellas antes. De hecho, el 99% de las apps que tenían contenidos abusivos fueron identificadas y rechazadas antes de que cualquiera pudieses instalarlos“.
Este equipo cada vez es más eficaz, lo que demuestra el elevado número de aplicaciones que eliminó en 2017 por no cumplir los requisitos de Google Play: 700.000, un 70% más que el año anterior, según ha manifestado la propia compañía en el blog de desarolladores de Android.
Google catalogó el contenido ofensivo en tres categorías: imitadores, que son usuarios haciéndose pasar por aplicaciones famosas; contenido inapropiado, como pornografía, violencia extrema, odio o actividades ilegales; y aplicaciones potencialmente peligrosa, las cuales incluyen apps que dañan los dispositivos, llevan a SMS fraudulentos, actúan como troyanos o roban la información de los usuarios.
De acuerdo con Statista, en diciembre de 2016 había un total de 2.6 millones de aplicaciones en Google Play, mientras que para diciembre de 2017, esa cifra creció 35% (3.5 millones de apps).